Recoger huevos pintados, flores frescas, «luna del gusano», cosechar los primeros frutos del año, las habichuelas con dulce de la cuaresma, celebrar el Día de la Mujer, el Día del Consumidor y el Día del Agua, parecería mucho para el mes de marzo, pero son 31 días de actividades sociales y culturales que nos marcan.
Marzo es el mes de la primavera en el hemisferio norte, donde nos encontramos, y de otoño en el hemisferio sur. En ambos lados del globo, las culturas forjadas por sus pueblos se manifiestan de distintas maneras.
En Estados Unidos se celebra el Spring Break, unas vacaciones que comienzan el 11 de marzo y terminan el primero de abril. En nuestro país, son las «vacaciones de Semana Santa». Cortas y muy intensas por la brevedad, pero llenas de recuerdos por la cantidad de cosas que solíamos hacer de jóvenes y lo que hacen ahora con tantas distracciones que tienen nuestros hijos y nietos.
Las flores frescas simbolizan la primavera, incluso en el trópico donde estamos. Hay variedades que solo florecen en esta época, incluyendo algunas orquídeas.
Los huevos pintados o huevos de Pascua no son de nuestra tradición; aunque se le atribuye al cristianismo la idea de los huevos pintados, cuentan que María Magdalena le presentó un huevo al emperador Tiberio y le dijo que Cristo había resucitado. Él se burló de ella diciéndole que nadie que muriera podía resucitar, igual que si se rompía el huevo que tenía en las manos, y ante la duda, el huevo se volvió rojo.
Sin embargo, 5000 años antes de Cristo, en China comenzaron a regalarse como símbolo de amistad huevos teñidos de rojo durante la fiesta del equinoccio de primavera.
En marzo también surge la llamada «Luna del Gusano», la última del invierno, que marca el resurgimiento de la vida por el tiempo de cosecha.
Marzo es el mes de las mujeres; justo este año coincidió el Día de la Mujer con la luna llena el 8 de marzo. Mucha coincidencia y sinergia.
El 15 de marzo también es el Día Mundial de los Derechos del Consumidor, este año dedicado a las energías renovables y el derecho del consumidor a que se le permita la transición energética para un planeta más sostenible.
El 22 de marzo es el Día Mundial del Agua, un recurso amenazado por el cambio climático, porque es visto como un commodity debido a la demanda global del agua, por la minería que requiere mucha agua y, sobre todo, por ser un recurso finito.
En nuestro país, se corre el riesgo de que leyes recién aprobadas se conviertan en mecanismos para la privatización del recurso, a pesar de la protección legal y constitucional de la que está provisto.
En marzo, la mujer, la primavera, el agua y los consumidores se conjugan en una alianza paradigmática que, bien articulada, implican el renacer de la vida, para continuar el trayecto hacia el verano en una travesía donde el clima juega un papel estelar: el calor y los fenómenos naturales que nos bañan con las lluvias de las tormentas y, a veces, los huracanes.
Hay que conocer el trópico y, desde luego, nuestra isla para entender todo esto.
Fuente: Periódico Hoy