Por Altagracia Paulino
Cuando los humanos desconocían, por falta de información, que algunos alimentos podían costarle la vida, el promedio de las personas moría joven. Debieron pasar muchos años para que los seres humanos establecieran las diferencias entre lo que les era favorable y lo que no para mantenerse en pie.
En el largo proceso de recolección y diferenciación en el descubrimiento de los alimentos, nuestra especie ha llegado a la etapa de desarrollo que tenemos hoy en base a probar numerosas formas de alimentarnos que es sin dudas la fuente de la sobrevivencia y con lo que se ha logrado vivir más años que nuestros antecesores.
En la etapa actual, estamos en un estadio donde hemos superado la esperanza de vida, sin embargo, por lo que está ocurriendo en el renglón de la salud, es como si estuviéramos retrocediendo, porque han surgido los llamados alimentos ultra procesados que afectan severamente la salud y según estudios de la FAO y la OPS, existe en nuestra región una dicotomía respecto a la salud de la población.
Por un lado, tenemos desnutrición y por otra obesidad, ambos fenómenos generadores de enfermedades no transmisibles, pero todas conducen a una baja en la calidad de vida y reducen la posibilidad de alcanzar una mejor esperanza de vida.
Según el panorama visto desde las perspectivas de la seguridad alimentaria y nutricional, el hambre en la región sigue en aumento y existen 47.7 millones de personas que no logran el acceso a suficientes alimentos, 5 millones de niños menores de 5 años tienen retraso en el crecimiento pese a que la desnutrición crónica se ha reducido en los últimos 20 años.
Ahora ha aparecido que el sobrepeso y la obesidad se incrementan y afecta a 3.9 millones de niños menores de 5 años en edad escolar y adolescentes.
Entre los adultos, según el dato, 260 millones de personas tienen sobrepeso y 104.5 millones presenta obesidad. Existe déficit de micronutrientes, como vitaminas y minerales en la población estudiada.
En nuestro país la mal nutrición es muy marcada, lo cual junto al déficit de micronutrientes se convierte en un problema de salud pública. La encuesta Enhogar 2019 reveló que el 27 por ciento de los adultos padece de sobrepeso y el 8 por ciento de los menores de 5 años se encuentra en sobrepeso. También figuró en el estudio muy bajo el consumo de frutas y vegetales.
Un estudio de Salud Pública de julio de este año indica que tenemos una alta incidencia hipertensión, diabetes tipo II y otras enfermedades crónicas atribuidas al alto consumo de alimentos ultra procesados.
La preocupación por los problemas de salud vinculados a la alimentación ha generado un movimiento en América Latina de tal magnitud que esta misma semana se celebraron dos eventos virtuales y este viernes el Primer Foro sobre Etiquetado Frontal en el país, que busca que el consumidor ejerza el derecho a saber con qué se alimenta y pueda tomar decisiones acertadas.
El movimiento en favor del etiquetado frontal ha logrado legislaciones especiales en varios países de la región y el apoyo de organismos internacionales, como la FAO, OPS/OMS interesados en que se cumpla con el derecho fundamental a la información y a la salud la salud de los consumidores.
Se han estado incrementando el sobrepeso y la obesidad
Movimiento a favor de etiquetado frontal es apoyado por FAO, OPS/OMS
Varios países de la región han legislado sobre etiquetado frontal