Consejos para saber cuánto azúcar contiene un alimento
🔎 No siempre podemos tomar las etiquetas al pie de la letra. El etiquetado no nos permite distinguir los azúcares naturalmente presentes (como los de la lactosa), de los añadidos. Para saber si un producto tiene demasiado azúcar, podemos utilizar como límite el establecido por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), que lo fija en un máximo de un 30 % de las kilocalorías procedentes de los azúcares totales. Por ejemplo, si un batido aporta 80 kcal por cada 100 ml, como máximo 24 kcal tendrían que proceder de los azúcares, lo que equivale a 6 g por 100 ml.
🔎 El orden de los factores sí importa. La legislación obliga a especificar los ingredientes en orden decreciente, de modo que el primero es el que está en mayor proporción. Si es el azúcar o alguno de sus sinónimos, es mejor dejarlo en la balda. Además, cuantos más ingredientes, más pistas de que nos encontramos ante un producto de baja calidad nutricional: si contiene más de 5, estamos ante un ultraprocesado.
🔎 Cuidado con la alegación “sin azúcar añadido”. Este mensaje garantiza que el producto no lleva azúcares simples añadidos, pero esto no significa que sea de mejor calidad nutricional, porque puede incluir otros ingredientes de mala calidad. Tampoco hay que bajar la guardia con el reclamo “50 % menos de azúcar”. Significa que tiene la mitad de azúcar que un producto similar, pero aún así puede seguir conteniendo gran cantidad de sacarosa.
Más de 50 sinónimos del azúcar
El azúcar tiene 56 nombres distintos. Los más utilizados en los etiquetados españoles son los siguientes:
- Sacarosa, azúcar semiblanco, azúcar blanco, azúcar blanco refinado.
- Dextrosa, fructosa, galactosa, jarabe de glucosa.
- Azúcar líquido, azúcar líquido invertido, azúcar invertido, jarabe de azúcar invertido.
- Almíbar, caramelo, jarabe de glucosa, jarabe de maíz.
- Maltosa, maltodextrinas, melaza, miel.
- Panocha, néctar de ágave, sirope de arce, trehalosa.
Fuente: Consumers Eroski