El crecimiento y la globalización han traído muchos beneficios a nuestra sociedad, pero, a su vez, han dado lugar a nuevos riesgos para la salud de las personas. Tanto, que en los países industrializados se estima que un 20 % de la incidencia total de las enfermedades se debe a factores medioambientales. Este efecto ocasiona patologías respiratorias y diferentes problemas sobre los pulmones, como veremos en este artículo, además de enfermedades cardiacas, y produce efectos nocivos en el desarrollo del feto. Los gobiernos de los diferentes países, preocupados por este problema, están lanzando iniciativas para combatir la contaminación ambiental e implementando planes de moviulidad sostenible. Estas decisiones resultan muy necesarias para disminuir el alcance de este problema y mejorar la salud de la población. Por eso, contamos también algunas acciones con las que podemos contrinuir a la reducción de los niveles de polución.

Los contaminantes del aire, unas sustancias muy dañinas

Un contaminante del aire es cualquier sustancia que, en concentraciones elevadas, puede dañar a los seres vivos o los materiales. Un adulto suele respirar entre 7.200 y 8.600 litros de aire cada día. En este aire viajan los contaminantes, a menudo invisibles, penetrando en nuestros pulmones y alojándose en ellos. Entre los contaminantes más frecuentes encontramos:

El efecto que la contaminación tendrá en nuestra salud dependerá de las siguientes variables:

Qué efecto tienen los contaminantes sobre nuestros pulmones

En el aparato respiratorio, la contaminación ambiental puede producir estos efectos:

A quiénes perjudica más la contaminación

La contaminación del aire es muy perjudicial para todos, pero en especial para las personas que padezcan una enfermedad pulmonar crónica, los ancianos, los niños y los fetos en desarrollo. Las personas saludables o quienes practiquen cualquier actividad física al aire libre también pueden sufrir sus efectos adversos, sobre todo cuando las concentraciones de ozono a nivel del suelo son elevadas.

Para reducir la exposición a la contaminación del airese aconseja comprobar a diario las alertas y evitar salir a la calle en las horas y días de más concentración. En invierno no se debe caminar por calles concurridas con humo causado por el tráfico. En verano, el calor aumenta los niveles de contaminación; por ello, se tiene que evitar la actividad física al aire libre o hacerla en las horas de menos concentración.

Las personas con enfermedades cardiorrespiratorias, en caso de empeoramiento de los síntomas, tendrán que tomarse la medicación pautada por médico.

Reducir la contaminación es cosa de todos

Todos podemos contribuir a la reducción de los niveles de contaminación siguiendo estos consejos:

 

 

Fuente: Eroski Consumers

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