Por Altagracia Paulino
El título de esta entrega surge de una conferencia virtual que ofreció el abogado peruano Jaime Delgado Zegarra, el 24 de noviembre, el día previo a la conmemoración del Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer.
La conferencia, única en su género, fue un espacio sin desperdicios, donde se conjugaron los tres conceptos en el momento épico que vivimos de cara a sobrepasar las amenazas que se ciernen sobre la humanidad, dada la crisis sanitaria imprevista donde la novedad del encierro ha servido para analizarnos de cara a la convivencia.
El abogado, quien es director del Instituto de Consumo de la Universidad San Martin de Porres de Perú, aseguró que no es cierto que la pandemia ha cambiado nuestra forma de ser, y que ningún fenómeno puede cambiar la personalidad ni el carácter de una persona; llamó a cuidarse de generalizar cuando se habla de género porque numerosos factores inciden, como la enorme brecha que se expresa en nuestras sociedades dentro del ámbito cultural, educativo entre otras variables sociales que deben ser tomadas en cuenta.
Lo usual antes de la crisis sanitaria era que las parejas se juntaran en el hogar cuando terminaban sus labores, lo nuevo es que tenemos mucho más tiempo en la casa y si una relación no venía bien, es posible que por el confinamiento las cosas se complicaron y se revelaron las consecuencias.
“Convivir en familia implica tolerancia, respeto, compartir ocupaciones y responsabilidades y erradicar la cultura machista de delegar en la mujer todas las responsabilidades del hogar”, expresó el abogado.
Explicó que la igualdad de derechos entre hombre y mujer es innegable y advirtió que existen diferencias entre ambos sexos, no solo en la fisonomía, sino que el cerebro está diseñado de manera diferente: las mujeres pueden hacer muchas cosas a la vez, los hombres son más directos y tienen más facilidad para dar vueltas a la página; las mujeres pueden expresar más fácilmente sus sentimientos, tienen más habilidades para percibir y recordar mayor cantidad de colores y tonalidades.
Sobre la postura frente al consumo, precisó que son iguales, pero diferentes: las mujeres suelen ser mejores consumidoras porque por naturaleza son recolectoras, mientras los hombres generalmente actúan como cazadores. Antes de comprar, las mujeres quieren tener un panorama completo del mercado y comparar antes de tomar una decisión de compra.
“Frente al reclamo, los hombres buscan soluciones sin rodeos, las mujeres también quieren que se les escuche, que las entiendan. Ambos buscan soluciones frente al reclamo, pero las mujeres también esperan que se les escuche, quieren expresar su malestar. Los proveedores tienen que estar atentos a estas diferencias”, afirmó.
En su conferencia, Delgado Zegarra se refirió también a las nuevas generaciones y su ideal de soluciones prácticas y rápidas. Los jóvenes quieren soluciones inmediatas a sus quejas y reclamos, ellos son tecnológicos y quieren tener las respuestas al alcance de su mano y su celular.
Si las empresas no están preparadas para esto están perdidas: “Ya no son tan fieles a una marca, viven explorando nuevas opciones. Su fidelidad es momentánea y condicional porque siempre están dispuestos a descubrir nuevas oportunidades, mejores productos y servicios”.
Y si una empresa los maltrata, declaró el abogado peruano, la destruyen y tienen el poder para hacerlo. Las redes sociales les permiten compartir sus experiencias buenas o malas, pero si se trata de una agresión a sus derechos que llega a viralizarse, difícilmente alguna empresa podrá contener su ira y eso les puede causar un enorme deterioro a su reputación.