La piel que recubre la totalidad del cuerpo humano es su escudo protector, pero tiene una gran debilidad, el sol, que hace verdaderos estragos en ella, sobre todo en verano cuando nos cubrimos menos y permanecemos más tiempo al aire libre en la playa, la piscina, la montaña… Una manera clara de comprobar los problemas debidos a un exceso de exposición solar es cuando nos quemamos y se nos pela la piel, algo que resulta molesto, que pica, y que además deja un aspecto nada estético.

Ante el exceso de sol, las quemaduras solares, o la exposición a productos químicos agresivos, la epidermis puede reaccionar pelándose. Según nos ha contado el Dr. Antonio Ruedas Martínez, dermatólogo del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, esta descamación es un proceso fisiológico, pues forma parte del proceso madurativo de la piel, que va cambiando con el tiempo, y que es capaz de generar una nueva totalmente renovada.

El problema, explica el experto, es cuando este cambio se produce de manera acelerada o en mayor cuantía de lo normal, que es cuando se comienza a considerar como una patología. Por ejemplo, tras una quemadura solar se causa una agresión a las células germinales de la epidermis que genera la aparición de esta descamación laminar tan característica.

Pero también hay otros motivos por los que la piel puede pelarse o descamarse, según el Dr. Ruedas, que indica que la simple sequedad cutánea o xerosis, o enfermedades como la pitiriasis, la psoriasis o la ictiosis, también pueden hacer que la epidermis se desprenda.

Consejos para evitar que se te pele la piel

Lo mejor para evitar que se te pele la piel es mantenerla bien hidratada y protegida de la radiación. En el caso de la descamación por el sol puedes tener en cuenta otros aspectos que te ayudarán a minimizar este problema si ya ha aparecido, o a prevenir que suceda, siguiendo estos consejos:

¿Cuándo se debe acudir al médico?

Las descamaciones que se originan tras un intenso día de exposición solar no requieren de visita al médico, sin embargo, cuando la quemadura solar se acompaña de ampollas o enrojecimiento muy llamativo, o la superficie corporal afectada es muy grande, es recomendable acudir al médico para que pueda valorar el estado de la piel y mandar algún tipo de medicación oral o tópica.

No hay que olvidar que las células de la piel tienen memoria, por lo que tras quemarse pueden quedar dañadas y fomentar la aparición de manchas o, en los casos más graves, cáncer de piel o melanoma. Por ello, el Dr. Ruedas hace hincapié en la necesidad de aplicar fotoprotector +50 en todo el cuerpo, que deberá renovarse cada dos horas, o después del baño.

La mejor manera de prolongar el bronceado

Si te has echado suficiente crema fotoprotectora, no te has quemado, y has conseguido que tu piel adquiera un ligero tono caramelo, debes saber que para mantenerlo también es necesario seguir unas pautas, o al final acabarás con descamación o con un bronceado más apagado. Lo más recomendable es que después del sol apliquemos after sun o cremas específicas para después del sol, que contienen agentes muy hidratantes que calman y refrescan la piel, pues el moreno no es más que una defensa de la piel contra las agresiones del sol.

También se puede mejorar el bronceado a través de los alimentos, como por ejemplo los que son ricos en betacaroteno, como las zanahorias o los tomates, o con vitamina C, como los cítricos, que pueden ayudar a generar colágeno en la piel y hacer que ese tono tan favorecedor se prolongue.

Además, puedes aumentar el efecto de moreno con cremas satinadas o con un ligero brillo, y si quieres evitar los daños del sol –que es lo más saludable para tu piel– lo mejor es que optes por autobronceadores, que te proporcionarán un tono bronceado en cualquier estación del año.

 

 

Fuente: WebConsultas

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