ALTAGRACIA PAULINO
Los dominicanos degustamos ocho millones de plátanos diariamente, 25 millones de pollos cada año, mil 126 quintales de arroz al mes y se producen seis mil huevos por minuto, según reveló el exministro de Agricultura Osmar Benítez.
El país produce el 85 por ciento de los alimentos que demandan los consumidores dominicanos, basado en la dieta tradicional compuesta por arroz, habichuelas y carne, -podríamos decir que pollo- por la cantidad de unidades que se consumen al año y por lo caro que resultan las carnes de res y de cerdo.
El pollo se presentó como el gran sustituto de las carnes, por ser en sus inicios una proteína relativamente barata (ya no lo es), su precio se acerca bastante a la carne de cerdo y la gran población de dominicanos lo consume de manera masiva; hay familias que ni se acuerdan del sabor de la carne roja, y niños a los que solo les gusta el pollo.
En un ejercicio de diálogo e intercambio con los productores agropecuarios, nutricionistas y representantes de los consumidores, la Junta Agroempresarial Dominicana reunió varias mesas de trabajo, sobre “La Producción y Suministro de alimentos en la República Dominicana Post COVID-19”, entre otros temas, de donde saldrá la postura del país en la Cumbre Mundial 2021 de Sistemas Alimentarios de las Naciones Unidas.
En las discusiones fluyeron temas relevantes como la demanda en el sector turismo y las quejas de los productores locales por las grandes importaciones de alimentos para abastecer el sector, cuando el país está en condiciones para suplirla.
Otro tema que salió a relucir fue la queja de los productores de lácteos por la importación de quesos, los mismos que se producen en el país. Los importados entran libres de impuestos y los producidos aquí contribuyen con el fisco.
Otra revelación en el encuentro fue que en el desayuno y merienda escolar se ofrece uvas, peras y manzanas, cuando en la isla se produce frutas todo el año, y se ofrecen “jugos” que no son otra cosa que agua con colorante y azúcar, cuando disponemos desde tamarindo, piñas, guanábanas y variedades de frutas en casi todas las temporadas.
Por su parte los productores de leche sugieren la pignoración del producto, igual que con el arroz, para que no haya perdidas, y se permitan bajas tasas de interés de préstamos para garantizar la sostenibilidad del sector.
Los productores nacionales aseguran que pueden producir los alimentos que demanda el sector turismo, y alcanza para exportar los excedentes si se cuenta con el apoyo suficiente para hacer sostenible la producción, por lo que pidieron a las autoridades promover en el sector turismo la producción local como parte del paquete de la oferta criolla en el renglón alimenticio.
Respecto a nutrición, se abordó la información y la educación sobre la calidad de nutrientes para reducir la desnutrición y la obesidad infantil, dos patologías que compiten: una por el poco acceso a alimentos de calidad y otra por la abundancia. Finalmente, el país necesita planeación para un comercio justo con precios justos.
