Mitos y verdades sobre el huevo y sus claras

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Mucho se ha hablado sobre las propiedades y beneficios del huevo. Durante muchos años los huevos han formado parte de esos listados de alimentos poco seguros para el consumo constante, a causa de sus altos índices de colesterol. Pero, gracias a los numerosos estudios científicos que se han realizado a este respecto es posible desmontar gran parte de los mitos que los huevos han suscitado a lo largo de la historia.

El huevo es un alimento que aporta muchísimos nutrientes esenciales para el organismo. Además, su aporte calórico es mínimo (unas 80 calorías por huevo). Su mala fama se debe al colesterol, pero debemos entender que el colesterol es fundamental para el organismo. La calidad de la grasa presente en el huevo es buena, debido a que los ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados superan con creces a las grasas saturadas que contienen.

Lo que debemos saber de los huevos

A lo largo de la historia los huevos han sido uno de los alimentos más importantes en las dietas humanas. Esto se debe a la facilidad para obtenerlos y a la versatilidad del producto para ser cocinado de formas diferentes. Además de esto, hay que tener muy claro que cuentan con un aporte nutricional muy variado. Los huevos (clara y yema) contienen ácidos grasos, vitaminas, minerales y aminoácidos esenciales de gran calidad.

Al no tener hidratos de carbono el aporte de energía viene directo de las proteínas del huevo, que son de fácil asimilación. Además, un huevo nos ofrece vitaminas y antioxidantes que favorecen nuestro organismo, como las vitaminas A, D, E, B12, etc.

1. El mito de la yema

Todavía es común escuchar que la yema del huevo es más peligrosa, ya que en ella se concentra todo el colesterol. Esta última afirmación es cierta, pero también es verdad que en la yema es donde están los nutrientes más importantes de los huevos. Por su parte, la clara está formada por agua (casi el 90 %) y proteínas. Si lo comparamos, la clara tiene menos calidad nutricional que la yema.

Por lo tanto, eliminar siempre a la yema del huevo de nuestra alimentación es un grave error. Muchos estudios demuestran que consumir un huevo completo al día es totalmente seguro para la salud y no elevaría el riesgo a sufrir patologías cardiovasculares.

2. ¿Qué pasa con el colesterol?

Lo más importante es tener claro que el colesterol es necesario para el correcto funcionamiento del organismo. El problema para la salud está cuando el colesterol total se ubica por encima de los 200 mg/dL. Si, además, el colesterol malo (LDL) es muy alto, será necesario modificar la dieta y la actividad física para que los niveles se regulen.

Pese a todo esto, hay que insistir en que el colesterol es esencial. En cuanto al consumo de huevo, cabe destacar que los últimos datos revelan que, pese a su alto aporte de colesterol, no incrementa el riesgo cardiovascular en personas sanas. Además, tienen un buen aporte de vitaminas, minerales y grasas insaturadas de calidad.

3. Huevos orgánicos

Los huevos orgánicos no son más nutritivos a nivel nutricional. Lo que sí que es cierto es que las gallinas ecológicas han sido alimentadas con cereales y granos naturales y no con pienso artificial. Esto, obviamente, es más seguro y natural.

4. ¿Huevos morenos o blancos?

Aún es común escuchar que los huevos morenos son de mayor calidad que los blancos. De hecho, es muy difícil encontrar huevos blancos en los supermercados hoy en día. La realidad es que el color del huevo solo se debe a la raza de la gallina, en ningún caso a la calidad nutricional.

5. Huevo crudo vs. huevo cocinado

Eso de que el huevo crudo tiene más proteína que el cocinado es un mito muy peligroso. El nivel de proteínas es similar. Lo que sí es cierto es que comer huevos crudos incrementa el riesgo a contraer salmonelosis. Por lo tanto, siempre hay que cocinar bien los huevos, hasta que la clara esté completamente cuajada.

6. Solo claras para adelgazar

Si tu objetivo es perder peso no hace falta que seas selectivo con los huevos. El aporte calórico de yema y clara es muy bajo. No olvides que los minerales, aminoácidos y vitaminas están presentes en mayor cantidad en la yema. Por lo tanto, lo mejor es consumirlo entero.

Fuente: Eroski Consumers

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