Por Altagracia Paulino
No se trata de una novela, mucho menos de un cuento, pero sí de la vida real, tan real como una especie de desplantes de todos los candidatos a alcaldes y regidores del Distrito Nacional que fueron invitados por organizaciones de base de todos los sectores que componen la otra cara de la capital dominicana, esa población que sin dudas decide con los votos quienes serán llamados a dirigir los gobiernos locales.
Fueron convocados para las tres de la tarde del jueves 30 de enero. Los candidatos se perdieron de escuchar las preocupaciones de las amas de casa, unas muy complejas como la seguridad y otras tan sencillas como la contaminación sónica generada desde muy temprano por las guagüitas anunciadoras, los evangélicos y la música de los “colmadones” por las noches. Dicen que no pueden dormir y que las brigadas anti-ruidos van cuando los vecinos llaman, pero a la hora siguiente vuelven y la ponen a mayor volumen.
Cerca de 300 delegadas de esos sectores intentaron encontrarse con los candidatos para expresarles sus inquietudes y entregarles un pliego de reivindicaciones donde reflejaron las aspiraciones de miles de familias. Por las empobrecidas calles de esos lugares pasan los candidatos como comparsa en pleno carnaval, así con su careta y una mueca engañosa simulando una sonrisa.
Ninguno de los aspirantes puede alegar ignorancia, fueron invitados con suficiente antelación y algunos amagaron con asistir y a última hora no fueron, pero sí acudieron a otros con mucha avidez, como a los foros empresariales convocados con la misma intención: escuchar a los candidatos, aunque en el caso de las organizaciones de mujeres de la parte alta, no era escuchar, porque todos envían sus mensajes por los canales habituales de comunicación, aquí solo era entregarles un documento.
Solo la regidora y aspirante a serlo, Leonor Lantigua, de Villa Juana, asistió y se llevó la ovación de las presentes y las flores que adornaron la mesa. La mayoría de los medios de comunicación cubrió el encuentro, se le entregó el documento frente a una buena asistencia de personas lo cual sirvió de termómetro para medir lo que será el gobierno local que nos espera.
Periodistas de algunos medios quedaron impresionados por la falta de asistencia de los candidatos convocados y nos preguntaron qué decir y respondimos: se lo perdieron ellos, las mujeres están aquí con el poder no solo de decidir, sino de reclamarle al que gane con toda la fuerza que le asigna el compromiso de no seguir siendo víctimas de la indiferencia y la compra de conciencia.
Fueron convocados para las tres de la tarde del jueves 30 de enero. Los candidatos se perdieron de escuchar las preocupaciones de las amas de casa, unas muy complejas como la seguridad y otras tan sencillas como la contaminación sónica generada desde muy temprano por las guagüitas anunciadoras, los evangélicos y la música de los “colmadones” por las noches. Dicen que no pueden dormir y que las brigadas anti-ruidos van cuando los vecinos llaman, pero a la hora siguiente vuelven y la ponen a mayor volumen.