La papa, rica en fibra, carbohidratos y vitaminas, además de portar minerales como el hierro, yodo, potasio, magnesio y ácido fólico.
Todos conocemos la papa, pero muy pocos conocemos que es el tubérculo con mayor contenido de proteínas, fuente importante de vitaminas, en especial la C y B6, de minerales como el potasio, además de aportar hierro, yodo, sodio, calcio y magnesio.
Por sus aportes de hierro es recomendable su consumo en caso de padecer anemia y en como aporta potasio ayuda a reducir la presión arterial en el organismo.
La papa es rica en fibra y almidón, por lo que ayuda a regular el tránsito intestinal y limpiar de toxinas del colon, evitando así la aparición de estreñimiento, su contribución de almidón tiene un efecto protector contra el cáncer y el colesterol alto.
Es una de las mejores fuentes terrestres de yodo, una papa mediana aporta el 40% del consumo diario recomendado, el yodo regula la glándula tiroides, que a su vez regula el metabolismo en el cuerpo.
Las papas contienen vitamina B6, necesaria para la renovación celular y para tener un sistema nervioso saludable y un estado de ánimo equilibrado, por lo que ayuda a combatir el estrés.
Otros usos de la papa
Las enzimas de la papa sirven para quitar manchas, frotando una papa sobre la mancha seca antes de echar la prenda a la lavadora.
La papa fermentada se utiliza para elaborar el vodka polaco.
El almidón que aporta la papa se licua para obtener etanol, apto para la producción de combustibles.
El almidón de la papa es un sustituto biodegradable del plástico poliestireno, y se utiliza para hacer platos, bolsas y cubiertos desechables.
Curiosidades de la papa
En las culturas andinas, el tiempo se medía por el tiempo que era necesario para cocinar las papas.
Los campesinos de algunas zonas de los Andes miden la tierra en ‘topos’, la superficie requerida para que una familia cultive la cantidad de papas que necesita.
En 1846, el hongo ‘Phytophthora infestans‘ causó estragos en los cultivos de papas irlandesas provocando la llamada «Gran hambruna irlandesa«, que redujo la población de ese país casi en un cuarto y provocó una gran ola migratoria.
En Prusia, Federico el Grande forzó la introducción de la papa en la dieta de sus súbditos, que temían que fuera venenosa, amenazando con cortar la nariz y las orejas de todo aquel que se negara a comerla.
Fue importada a Europa por los españoles en el siglo XVI como curiosidad botánica, pero tardó años en popularizarse como alimento.
Los primeros datos históricos de la siembra de papa, remontan su cultivo cerca del lago Titicaca, hace 7.000 años.
Por Plinio Polanco
