El debate sobre los lácteos: ¿Las bebidas sin lactosa deberían etiquetarse como «leche»?

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El retiro de más de 145 000 envases de leche de almendras que, se sospechaba, estaban contaminados con lactosa, ha despertado nuevamente el debate sobre cómo la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) define a la «leche».

Según un artículo publicado por la revista española Mercola, la  FDA y la industria láctea de los Estados Unidos afirman que las bebidas de origen vegetal como las de almendras y cocos no cumplen los criterios necesarios para etiquetarse como leche.

El comisionado de la FDA, el Dr. Scott Gottlieb, ha declarado que «las almendras no producen leche», citando regulaciones federales donde se sugiere que los líquidos provenientes de las vacas en lactancia son las únicas bebidas a las que se les puede denominar como leche.

Si bien los envases de Almond Breeze con sabor a vainilla que fueron retirados han sido una noticia de especial interés dado el posible peligro que representa para cualquier persona que sufra una alergia a la leche o sea intolerante a la lactosa, la mayor inquietud para los consumidores en los Estados Unidos se relaciona con el etiquetado de los alimentos.

¿Es necesario hacer una distinción entre la leche de vaca y otros sucedáneos provenientes de almendras y otros alimentos vegetales? Tras años de permitir pasivamente que las bebidas sin lactosa se etiquetaran como leche, ¿por qué la FDA finalmente está poniendo en marcha medidas para mantener sus anticuadas reglas de etiquetado?

Las bebidas de almendra contaminadas con lactosa que fueron retiradas del mercado, han despertado el debate sobre las alternativas ‘lácteas’

A principios de agosto de 2018, la compañía HP Hood LLC retiró voluntariamente más de 145 254 envases refrigerados de medio galón de la marca Almond Breeze con sabor a vainilla debido a la posibilidad de que el producto contuviera leche de vaca, un alérgeno alimentario que no figura en la etiqueta.

Los contenedores afectados tienen una fecha de caducidad del 2 de septiembre y fueron enviados a minoristas y mayoristas en 28 estados de los Estados Unidos.

Si bien la bebida es inocua para cualquiera que pueda tolerar productos lácteos cotidianos, las bebidas contaminadas representan un riesgo para los consumidores que sufren una alergia a la leche o son intolerantes a la lactosa. De forma paralela, al menos una reacción alérgica ha sido reportada hasta la fecha.

De acuerdo con el diario Time, el retiro antes mencionado ha despertado el debate sobre el etiquetado de las alternativas «lácteas»:

«La catástrofe sobre los productos lácteos se produce en medio de un debate sobre si los productores de bebidas pueden denominar como ‘leche’ a los productos sin lactosa, ya que los ‘estándares de identidad’ actuales de la FDA para la leche hacen referencia a los animales lactantes.

La FDA está en miras de decidir si modificará dicha definición o exigirá que las empresas dejen de usar la palabra «leche» en referencia a las bebidas hechas a base de soya, almendras, coco, avena y otras alternativas comunes sin lactosa».

Durante la cumbre «POLITICO Pro» en julio de 2018, Gottlieb señaló que la FDA emitiría una guía respecto a cualquier cambio futuro en sus políticas relacionadas con el etiquetado de la leche.(La política actual, que ha sido revisada varias veces, se puso en macha en 1977.7)

Se espera que los cambios sean bien recibidos por los grupos de productos lácteos, muchos de los cuales se han visto en grandes dificultades ante la caída de los precios y el exceso de la oferta global.

Quizás no se haya dado cuenta de que la leche tiene una definición estándar diseñada para ser aplicada por la FDA. Dada la referencia a la lactancia, es evidente que las alternativas sin lactosa, como la leche de almendras y la de coco, técnicamente no califican como «leche».

Aunque la definición de leche emitida por la FDA abarca una página entera, la primera oración descalifica las alternativas sin lactosa en un lenguaje bastante sencillo: «La leche es la secreción láctea, prácticamente sin calostro, que se obtiene por el ordeño completo de una o más vacas con buen estado de salud».

Los grupos de productos lácteos muestran su descontento ante los productos vegetales que se etiquetan como leche
Como puede imaginar, los grupos de la industria láctea no están contentos con lo que perciben como el uso indebido de denominaciones como «leche» cuando se aplica a leches alternativas como la leche de almendra o coco.

Respecto a la actividad de la FDA, Jim Mulhern, presidente y director general de la Federación Nacional de Productores de Leche (NMPF, por sus siglas en inglés), un grupo pro lácteos establecido en 1916 que actúa como líder de las 27 principales cooperativas de productos lácteos en los Estados Unidos,10 afirma que la FDA «debe dejar de hacerse de la vista gorda ante las violaciones de las leyes referentes al etiquetado de alimentos.

Necesita aplicar más rigor y menos discreción ya que docenas de marcas violan flagrantemente los requisitos gubernamentales».

En reiteradas ocasiones el NMPF y otros grupos de la industria han exhortado a los reguladores federales a hacer cumplir las leyes referentes al etiquetado de los alimentos en los Estados Unidos. Esto con el fin restringir el uso de términos relacionados con productos lácteos a los productos provenientes de animales de granja.

Para la Senadora Tammy Baldwin, una de las autoras de un proyecto de ley presentado al Congreso en 2017, es importante solucionar estas discrepancias, en parte debido a los muchos desafíos que enfrentan los productores de productos lácteos en los Estados Unidos, como los bajos precios de la leche y la incertidumbre en los mercados de exportación, así como por el impacto de los precios de la leche en Canadá.

En un comunicado emitido por el NMPF, Mulhern dijo:13

«Tras años de pasividad y en respuesta a nuestras quejas sobre estas violaciones referentes al etiquetado, el anuncio de Gottlieb de que la FDA tiene la intención de tomar medidas sobre este tema es muy alentador.

La comercialización de los productos sin lácteos debe cumplir con los estándares federales de identidad y los consumidores no deberían ser inducidos al equívoco de que estos productos tienen los mismos nutrientes que la leche, yogur, queso y productos lácteos reales».

¿Etiquetar erróneamente los productos sin lactosa representa un fraude en detrimento del consumidor?

Como un firme defensor de los verdaderos productos lácteos, Mulhern ha llegado a sugerir que la falta de rigor por parte de la FDA en torno a las alternativas sin lactosa, como aquellas de almendras, coco y arroz ha resultado en un «fraude desenfrenado en detrimento del consumidor» debido al «contenido nutricional inferior de estos productos sin lactosa».

Por ejemplo, Mulhern interpela a la falta de proteínas en la leche de almendras y de arroz señalando que los lácteos regulares contienen aproximadamente 8 gramos de proteínas de origen natural por porción.

El NMPF sugiere que existen «implicaciones significativas para la salud pública» debido a que las alternativas a los lácteos, a diferencia de la leche de vaca, varían ampliamente en su perfil nutricional, mientras que la leche de vaca, con la excepción del contenido de grasa, mantiene un paquete nutricional constante de marca a marca.

Aunque me gustaría creer que Mulhern está preocupado por el bienestar de la población en los Estados Unidos, como representante de un grupo industrial, es evidente que sus principales preocupaciones giran en torno al avance de los intereses de la industria láctea, sobre todo en lo que se refiere al crecimiento del mercado y las ganancias.

Por esa razón, no termino de creer lo que declaró en un comunicado de prensa de NMPF y lo percibo como una mera preocupación fingida. Mulhern declaró:

«Los consumidores que compran estas imitaciones no reciben el mismo nivel de nutrientes que tiene la leche de vaca, y eso contribuye a que las personas en los Estados Unidos no alcancen la cantidad recomendada de vitaminas y minerales para una alimentación saludable.

La FDA debe poner en marcha medidas al respecto, de lo contrario presenciará un mayor declive en la alimentación adecuada de nuestros niños y familias».

Es muy probable que la razón de la preocupación del NMPF esté relacionada con el resultado final: las alternativas a los lácteos están desviando la participación en el mercado y las ganancias antes controladas por la industria láctea.

Y en vista de las expectativas de crecimiento comercial para los productos sin lácteos, resulta lógico que los grupos de productos lácteos estén esperando alguna intervención de la FDA para atraer una vez más la atención de los consumidores a sus productos.

Un estudio de Renub Research publicado en enero de 2018 sugiere que para 2024 el mercado de las alternativas a los lácteos estará por superar los USD 34 000 millones debido a las crecientes preferencias de los consumidores por productos sin caseína ni lactosa.

Como se puede imaginar, cada dólar que se gasta en alternativas sin lactosa se percibe como una pérdida para la industria láctea, que aún se está ajustando a la profundidad y amplitud de la competencia que representan los sucedáneos de origen vegetal. Según las declaraciones de PR Newswire, lo más destacado del informe de Renub sugiere que:

  • aproximadamente dos tercios de los adultos en todo el mundo son intolerantes a la lactosa, además, en África y Asia la cifra es de alrededor del 90 %, lo que enfatiza la necesidad de tener acceso a alternativas sin lácteos.
  • llevar una alimentación sin lácteos puede ser beneficioso y este estilo de vida se ha popularizado cada vez más en todo el mundo.
  • se espera que la demanda de bebidas y otros productos enriquecidos con lactosa impulse el crecimiento continuo del mercado de productos sin lactosa.
  • el inminente peligro de la contaminación cruzada y el mayor costo de las alternativas lácteas son 2 factores que pueden afectar el crecimiento de este sector.

¿Cuál es la mejor leche para su caso en particular?

La forma más sencilla de determinar cuál es la mejor leche para su caso en particular es escuchar su cuerpo. Si se siente mal después de tomar leche, muy probablemente sufra de intolerancia a la lactosa, alergia a la caseína u otro tipo de sensibilidad a la leche. En lugar de comer y beber productos que lo enfermen, su mejor estrategia es evitar los productos lácteos tradicionales.

Reemplazar la leche y otros productos lácteos con sucedáneos es una elección personal. Si no echa de menos beber y comer productos lácteos como el queso, helado o yogur, y puede obtener los nutrientes necesarios de otros alimentos, puede prescindir fácilmente de las alternativas sin lactosa.

Sin embargo, si no puede imaginar su vida sin consumir ciertos tipos de alimentos – como helado o yogur, por ejemplo – busque un sucedáneo. Las alternativas sin lactosa son sumamente útiles cuando necesita opciones sin leche para preparar alguna receta.

Tenga en cuenta que muchas personas que creen no poder beber leche de vaca regular, se sienten mejor cuando toman leche orgánica y sin pasteurizar de vacas alimentadas con pastura, que es mucho más fácil de digerir para su sistema digestivo. De hecho, una opción más idónea es la leche sin pasteurizar de vacas productoras de caseína A2 y alimentadas con pastura.

Independientemente del tipo de alimentos y bebidas «lácteas» y «a base de leche» que elija, asegúrese de consumir suficiente calcio, proteínas y otros nutrientes vitales de fuentes lácteas o no lácteas.

Cuando elija alternativas sin lactosa, en especial aquellas destinadas para el consumo infantil, lea las etiquetas de los productos y tenga cuidado con los ingredientes artificiales y el azúcar añadido.

Debido a las necesidades únicas de sus cuerpos en desarrollo, es fundamental que sus hijos obtengan diariamente un espectro completo de vitaminas y minerales, así como cantidades suficientes de grasas y proteínas de alta calidad.

 

Fuente: Mercola.es

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