Contaminación acústica: ¿eres consciente de cómo te afecta el ruido?

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¿Qué repercusiones tiene el ruido sobre la salud?

El ruido está considerado como uno de los principales agentes contaminantes del mundo moderno, el agente contaminante «invisible». Sin embargo, sus efectos son muy visibles y perjudiciales, en especial sobre la salud. Las consecuencias se dan «tanto a nivel físico como psicológico y emocional», explica Francesc Carreño, experto de los centros auditivos GAES.

Estos son los numerosos y variados efectos de la contaminación acústica en la salud:

  • El efecto más conocido del ruido es la pérdida auditiva, derivada de una exposición prolongada a altos niveles de ruido sin protección o de un trauma acústico por un sonido muy elevado.
  • Hay estudios que también muestran la relación que existe entre el ruido y un aumento en la incidencia de trastornos cardiovasculares.Según el profesional de GAES, «hay datos que reflejan que por cada decibelio (dB) por encima de los 65 dB máximos recomendados por la OMS, aumentan un 5,3 % los ingresos hospitalarios por este tipo de causas».
  • Incremento de la presión sanguínea y tensión muscular.
  • Problemas de visión.
  • Alteraciones del aparato digestivo y cambios hormonales.
  • Estar expuestos a estos niveles de ruido, sobre todo de forma continua, puede provocar estrés crónico, lo que aumenta la irritabilidad y las sensaciones de ansiedad y desamparo.
  • El exceso de ruido deriva en el debilitamiento del sistema inmunológico.
  • Con el ruido no es extraño que aparezcan trastornos del sueño, sobre todo en ancianos, niños y mujeres. Estos trastornos, a su vez, perjudican seriamente a la memoria y el aprendizaje.
  • Mucho ruido (o sostenido) afecta a la concentración, lo que influye en el rendimiento laboral y escolar.
  • El ruido excesivo tiene, además, un impacto negativo en el comportamiento social de las personas.

¿Eres consciente de cómo te afecta el ruido?

Claxon, motor de coches, gritos… son ruidos que soportamos a diario en la calle, mientras en casa están los de la televisión, la radio, la lavadora… Estamos tan habituados a convivir con este contaminante que «no somos conscientes de cuánto lo sufrimos». Y uno de los principales problemas que existen en torno a la pérdida auditiva ocasionada por estar expuestos durante largos periodos de tiempo a ruidos muy elevados es, precisamente, ese: «Las personas nos acostumbramos al ruido, que está dañando nuestro sistema auditivo». Pero, seamos o no conscientes y aunque se dé de manera muy lenta, todos estos ruidos producen una pérdida de audición.

Asimismo, tampoco hay una concienciación clara de la sociedad en cuanto a la importancia del ruido sobre nuestra salud y la necesidad de prevenirlo. «Socialmente no estamos suficientemente concienciados», lamenta Carreño, quien insiste en la necesidad de trabajar más en esta línea, como se trabaja para tratar de atajar otro tipo de contaminación.

Algunas soluciones que tú puedes aplicar contra el ruido

La lucha contra el ruido es una acción colectiva, sí. Pero también debe ser una lucha individual y una toma de conciencia personal de que «el ruido no lo hacen solo los demás, sino que lo hacemos todos», aseguran desde la Sociedad Española de Acústica. Por este motivo, es preciso «insistir en nuestra propia responsabilidad, hacer campañas en los centros escolares para concienciar a las futuras generaciones de cómo tener comportamiento respetuosos frente al ruido, etc».

Para frenar la contaminación acústica (y sus efectos) los especialistas recomiendan conocer los decibelios de los ruidos que nos rodean, para saber cuáles pueden ser una agresión para nuestros oídos y los de los demás. En el caso de pasar largos periodos de tiempo en ambientes que superen los niveles de ruido recomendables, debemos usar tapones o protecciones adecuadas para los oídos.

Asimismo, hay otros gestos también muy sencillos que todos podemos poner en práctica para proteger nuestros oídos del ruido y evitar problemas como la pérdida de audición por esta causa, «que es 100 % prevenible»:

  • Bajar el tono de voz.
  • Utilizar un volumen adecuado cuando oímos música, la televisión o la radio.
  • Si escuchamos música con auriculares, es recomendable:
  1. No superar el 60 % del volumen máximo del aparato.
  2. Usarlos menos de 60 minutos al día.
  3. Siempre que sea posible, emplear aparatos con limitador de volumen para no rebasar los niveles saludables.

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