ALTAGRACIA PAULINO
Hace algunos años, mientras esperaba en una sala delaeropuerto de Nueva York, escuché a un hombre, con aspecto de empresario, decir: “… en República Dominicana se puede invertir, no se paga la luz, ni se cumplen todas las leyes”. El hombre conversaba en estos términos con tres personas más con el mismo aspecto; parecían inversionistas. Mientras yo disfrutaba de un café, pasé desapercibida por ellos, pero lo que escuché me dejó indignada, y al mismo tiempo preocupada de la afirmación que hacia el “inversionista”.
Es muy duro escuchar hablar así del país de una porque en la familia, entre nosotros, nos decimos de todo, ¡pero! ay de aquel extraño que ose hablar mal de sus miembros. Así sentí la pena de escuchar que hablaban mal por la falta de institucionalidad. Guardé silencio durante la estadía en la sala de espera; ellos bajaron el tono de la conversación porque ´llegaron más personas y no me fue posible seguir escuchando.
Es posible que en otras de mis entregas haya hecho el relato, pero como tendremos nuevos administradores de la “Cosa Pública”, es bueno refrescar algunos de los elementos que se han criticado a lo largo de la construcción de nuestra democracia, como es la carenciade institucionalidad, la inseguridad jurídica por la falta de cultura de cumplimiento con las estipulaciones legales y el “na e na” como parte de la cultura nuestra, porque en este país todo es posible, a todo se le busca “un bajadero” para salirse del marco de las reglas, es lo que nos hace vulnerables a la crítica desfavorable.
Es preciso recordarles a los nuevos funcionarios que una tarea pendiente en la sociedad dominicana es la construcción del Estado Social y de Derecho, el cual se vincula con el fortalecimiento institucional, que no es más que contribuir con la fortaleza de las instituciones que han funcionado con el apego a la letra de la ley que, es la que le da legitimidad y autoridad para sus actuaciones.
La administración pública está sujeta a la legalidad, es por esta razón que en la agenda de cada nuevo funcionario debe estar presente este principio del Derecho Público. Si usted va con otra agenda que no sea la de empleado del Estado para servir a todos los ciudadanos sin importar su bandería política, su credo religioso y la razón económica de quien requiere sus servicios, mejor quédese en su casa.
Es totalmente incompatible, porque crea conflictos de intereses, el negocio y la función pública. O se atiende el negocio o hacemos bien la función para la que todos hacemos un sacrificio para sentirnos servidos de la mejor manera, cuando acudimos a una instancia pública en busca de un servicio o el cumplimiento de un derecho.
A propósito de derechos, recordamos los derechos fundamentales de la educación, la salud, alimentación, vivienda, medio ambiente y a una Justicia Independiente, entre otros derechos fundamentales garantizados en la Constitución y, servicios como el agua, la energía, el transporte, qué deben ser ofrecido de manera constante, segura y a precios justos.
No todo lo que hicieron los gobiernos anteriores es malo, los indicios de institucionalidad, deben fortalecerse como forma de aportar a la democracia.
